Ayer puse el dedo en los dientes de un ‘espiralizador’, un utensilio para hacer espirales y espaguetis de verduras. Por suerte, lo saqué inmediatamente y no me hice más que un corte pequeño en la falange.
Lo bueno es que aprendí que no debo utilizar el dedo para presionar, sino la pieza que tiene esa función. Procuraré no olvidar lo ocurrido; no para quejarme de la herida ni para arrepentirme de haber utilizado el dedo, eso ya es pasado y no puedo intervenir en el pasado, sino para tener presente el aprendizaje. Todo lo que hemos........© Heraldo de Aragón