Qué cosa tan extraña es el lenguaje! En cualquiera de sus formas resulta extraño. No importa si el discurso es pensado o dicho, leído o escuchado. El lenguaje siempre es fascinante, misterioso y mágico.
Desprende una luz intensa cuando se pone en funcionamiento y un halo de brillo difuminado lo rodea, como protegiéndolo. ¡Ah, qué cosa tan extraña es el lenguaje! Si yo escribo ‘lluvia’, ustedes oyen el agua........