Escribo estas palabras unos días antes de que sean publicadas. Por eso, hace un mes, estos mismos mil quinientos caracteres aparecieron, felices y navideños, mientras mi padre sufría un fallo cardíaco. Hoy sigo acostándome asustado por la llamada en mitad de la noche, siniestra e implacable.
Y duermo o, más bien, navego en pesadillas y sobresaltos, abrazado al sudor del tiempo, dividido,........