A Pedro Sánchez hay que reconocerle su solvencia para el quiebro inesperado. Sus decisiones imprevistas construyen un argumento en sí mismo, todo un relato con fuerza suficiente como para desviar la atención de lo relevante hacia aquello que decide su interés.
Ocurrió el año pasado con el veloz anuncio de la convocatoria nacional de elecciones en pleno estío y ha vuelto a pasar ahora con su decisión de interrumpir su agenda política para aclarar su futuro como presidente. Su capacidad para secuestrar el debate público es indiscutible, confirmando que, al margen de cualquier interpretación de parte, posee un particular talento para movilizar a los propios. Su carta ha permitido que se hable más de él que de su mujer, Begoña Gómez, y que los primeros días de las elecciones catalanas queden........© Heraldo de Aragón