En esta ocasión mi reflexión sobre los valores que considero claves, porque trascienden el periodo de aprendizaje académico para asentarse como patrones de comportamiento en nuestra vida personal, profesional y social, lo dedique a uno que es transversal a todos los demás: la motivación.
Motivación es un concepto que he tenido presente cuando hablaba del esfuerzo, la responsabilidad o la autonomía, ya que la fuerza del término la recoge su propia etimología (del latín ‘motus’, movimiento). Lo concibo como el motor que nos permitirá activarnos en todos nuestros empeños.
He escuchado con frecuencia, en conversaciones con familias, que lo que necesitaban para su hija o hijo es que se le motive. Es evidente, pero el planteamiento es demasiado difuso, porque no es algo que pueda abordarse separadamente de todo el proceso educativo: deberá ser el resultado de un camino trazado y recorrido progresivamente. La motivación necesita verse acompañada de un esfuerzo inicial por parte de quien........