Amanecía una nueva temporada. A mediados de agosto escribí ‘Este año sí’, un artículo del que, si fuera prudente, debería avergonzarme y desear que nadie lo recuerde. Al contrario, lo recupero hoy como un ritual de autoinmolación.
Aseguraba con sólo una jornada disputada que el Real Zaragoza había fichado pronto y bien, que contábamos con una plantilla equilibrada y motivada, que por fin no era un sinsentido prever el ascenso a Primera División, el retorno a donde siempre debimos permanecer.
Me surgen........