Lenguaje claro y palabras vivas

Propia del carácter comunicativo de la lengua es la necesidad de hablar claro, multisecular desiderátum estilístico, con eco cervantino: "El lenguaje puro, el propio, el elegante y ‘claro’, está en los discretos cortesanos, aunque hayan nacido en Majalahonda".

Natural, pues, que informe el refranero: "cuanto más amigos, más claros", "hablar claro lo manda Dios", y tantos dichos populares: "las cosas claras y el chocolate espeso", "hablar (decir) en plata", usado por Goya.

Nuestro ‘Vidal Mayor’ en el siglo XIII distinguía entre expresarse "en abierto" y hacerlo "entre dientes". Y un meridiano ejemplo ofrece de lenguaje claro en el enunciado del delito de llamar ‘puta’ a mujer casada, "et con otro que iaze". Aunque podría haber usado voz menos hiriente (‘bagassa’, ‘muller del partido’, ‘mundaria’, ‘ramera’…), el jurisperito justifica el oprobioso término porque "aqueill lengoage es usado en el pueblo".

Contra la inane tendencia a la manipulación lingüística, de creaciones o sustituciones léxicas (‘posfáctico’,........

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