Milagro en Milán

De Milán lo ignoraba casi todo. Así que pasaron días hasta que supe que allí está ‘La última cena’ de Leonardo; que en la ciudad no hay farolas, sino focos suspendidos de cables; que circulan tranvías centenarios; que en las fachadas no hay máquinas de aire; que las bicis van por las aceras; que prolifera el bótox en los labios superiores; o que hablamos de un centro mundial del diseño.

Por otra parte, como mi familia no comparte mi turismo ignaro, me dejo llevar........

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