La fascinación por el tiempo

El paso del tiempo ha sido uno de los temas clave para la filosofía a lo largo de milenios. El debate se ha centrado en cuestiones como si el espacio y el tiempo pueden ser independientes entre ellos o no; y, a su vez, si ambos son o no independientes de la mente.

Otras reflexiones apasionantes han sido ¿cuál es la estructura del tiempo: lineal o circular? o ¿existen otros tiempos distintos al nuestro? Pero, quizá, la pregunta nuclear sea: ¿existe el tiempo?

En muchas civilizaciones antiguas, desde egipcios y babilonios hasta las culturas precolombinas, y, por supuesto, las tradiciones de la antigua India (hinduismo, budismo y jainismo), el tiempo es cíclico o circular, y se caracteriza por ‘la rueda del tiempo’, en la que se suceden las edades en un continuo de nacimientos y extinciones. El filósofo Nietzsche era un gran defensor de esta visión con la idea del ‘eterno retorno’. Por el contrario, la visión judeocristiana, basada en la Biblia, es lineal: El tiempo se inicia con la creación del mundo por Dios y terminará con el fin del mundo, también obra suya. Esta concepción se encuentra tan arraigada en nuestra sociedad........

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