En un interesante óleo de César Álvarez Dumont dedicado al segundo asedio francés de Zaragoza, desde fines de 1808 hasta el 20 de febrero de 1809, aparece una monja exánime. Nada raro, salvo que el convento no era de monjas, sino de frailes.
Álvarez dedicó tres cuadros a sendos episodios de ese sitio, de buena factura, como todo lo que pintó. Se formó en Málaga, Madrid, Roma y París y también pintaron sus hermanos Eugenio (el mayor), Elena y Dolores. Una familia de artistas vocacionales.
Los tres cuadros de César son de mucho efecto. El castigo bélico a Zaragoza y sus defensores fue tremendo. Su resistencia se convirtió en noticia internacional. La cantaron poetas como el británico George Gordon Byron (Lord Byron) y el prusiano Heinrich von Kleist. La gesta suscitaba sentimientos exaltados. En Washington se tocó una ‘Marcha de Palafox’, de Weldon, ¡en el mismo 1808! (y sin internet). Y Tolstoi mencionó a Zaragoza.
Álvarez Dumont, que también pintó la brava resistencia de Gerona al embate francés, había quedado impresionado por aquella gesta nacional que tanto impacto causó en Pérez Galdós.
Esos lienzos tratan anécdotas agitadas, en las que casi se oye el fragor de los disparos. El humo gris y blanco de la........© Heraldo de Aragón