El muelle y los bullebulles

De los ministros del Gobierno a quienes puede adherirse la etiqueta, el más bullebulle es el madrileño Bolaños García. Gana por cuerpo y medio a la ministra zaragozana Alegría Continente y (por solo media cabeza, pero les gana) a sus colegas la inquieta fenesa Díaz Pérez y la veloz sevillana Montero Cuadrado.

Los cuatro bullen y rebullen y continuamente se agitan para agitarnos. En sus bocas, el idioma pulula y hormiguea, se agita y se menea en peculiares modalidades de frenesí, ya sea con dominante -respectivamente- fluidamente conceptual, asombrosamente léxico, huero sin más o con tormento sintáctico. No es que en otros ámbitos políticos españoles falten especímenes de bullebulle, pero estos son quienes ocupan el nicho ecopolítico en donde es posible, y solo allí, gobernar, discurrir decretos y decretos leyes de forzoso cumplimiento y dictar órdenes ministeriales en incomparable pulular.

A imitación de su patrón, de cuyo magisterio son aplicados discípulos, se esfuerzan en llevar a cabo, cada día, una proeza ontológica que se deja notar: acomodar la prolija realidad de España y de su Estado de derecho a sus mudables mandatos. Para que la realidad se pliegue a mis deseos, las cosas habrán de ser como yo diga, es su probable........

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