Así es la Lonja

En las primeras semanas de 2024 ha hecho cinco años que murió Gonzalo M. Borrás y cincuenta de que a él y a mí nos engañara un poderoso catedrático. Verán.

En 1957 publicó Francisco Íñiguez un artículo en que citaba de paso una vista inédita de la Zaragoza del siglo XVI. El arquitecto era amigo de Franco y este, contento con la restauración por Íñiguez del castillo de la Mota, le ofreció elegir otro edificio que resucitar. Íñiguez -contaba- le pidió el cuartel cuyas paredes mugrientas ocultaban los restos de la Aljafería. Allí pudo conocerlo este firmante, por mediación de Antonio Beltrán. Íñiguez sabía mucho de Aragón, ya desde el salvamento del Pilar, que se hundía a ojos vistas. Encargado de zona de Bellas Artes, pero recién titulado, prudentemente se puso a disposición de Teodoro Ríos Balaguer, a quien apoyó en cuanto hizo, con feliz resultado, pues el Pilar sigue en pie. Lustros más tarde y tras haberse ocupado de varios lugares significativos de la capital aragonesa, dio una conferencia en el Ayuntamiento para explicar lo que se estaba haciendo bajo su dirección en la Aljafería y en ella aludió a esa pintura que había visto en la Biblioteca Nacional de Austria, antigua Biblioteca Imperial de Viena. Hay en ella muchas obras........

© Heraldo de Aragón