Siempre que regreso de los Balcanes siento más tristeza y me pregunto sobre la incapacidad de los seres humanos para vivir sin violencia, rencor u odio. Es evidente que las guerras acabaron hace años, incluso décadas. Hay ciudades totalmente reconstruidas donde es difícil encontrar edificios destrozados que permitan hacerse una idea de la intensidad de los bombardeos. Miles de ejecutados y enterrados en fosas comunes han sido encontrados, identificados y entregados a sus familiares. Pero las consecuencias de aquellas guerras fratricidas siguen vigentes hoy en amplias zonas de lo que fue la antigua Yugoslavia. Un Estado reconvertido hoy en siete países tras cinco guerras, algunas de corta duración, y otras más largas que nuestra guerra civil.
Algunas zonas de Croacia, especialmente en la costa del Adriático, viven triunfalmente el éxito del turismo que ha disparado los precios a niveles prohibitivos para la inmensa mayoría........