Es bueno mantener la capacidad de asombro. Para no convertirnos en fósil o en escépticos. Tema diferente es que el asombro, a veces, conviene moderarlo, como el uso del vino, aunque no siempre es posible y puede conducirnos, en ocasiones, al enfado o a la perplejidad.
Sin ir muy lejos, me encontré hace unos días con un viejo conocido en una librería.
Es hombre de talento, viste con elegancia infrecuente y........