Hay historias que merecen ser contadas. Como la de Yaneth y Jair. Llegaron a España, desde Colombia, huyendo ella de un maltrato y él buscando una vida mejor.
Pasaron hambre y durmieron al raso hasta que les acogió la Hermandad del Refugio en Zaragoza, y ahora mientras tramitan sus permisos de asilo y cuaja esa segunda oportunidad que a veces te brinda el destino, han montado un equipo para hacer deporte en........© Heraldo de Aragón