Un día cualquiera

Hay días que no dicen nada, anodinos, inanes, de los que no quedará nada para el recuerdo.

Un martes y trece puede no ser un día cualquiera, pero quién sabe. El trece era mi número favoritos cuando hacía 7º de EGB. Tenía entonces trece años, el aula número 13 nos tocó ese curso y yo era la décimo tercera de la lista. Fue entonces cuando escribí mi primer poema. Más tarde traicioné al 13 para pasarme al 23.........

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