Vamos buscando la sombra mi madre y yo.
Venimos de tomar un café, como todos los días. La puerta abierta de la iglesia de la Magdalena promete algo de frescor y entramos sin dudar. Está fatigada mi madre y nos sentamos en la penumbra de última fila. Me dedico a observar los retablos, las yeserías y las lámparas. Una pareja de aspecto zaragozano se aproxima a una de las capillas laterales y enciende una vela. La........