Los delitos sexuales ocupan un lugar simbólico y político prominente. Es de sobra conocido. No hace falta entrar en detalles ni revisar la cronología de los cambios vividos al respecto.
Por repugnante que resulte siempre han existido y es improbable que desaparezca la violencia sexual. Si bien hoy la tolerancia en ese asunto es cero, todavía queda por hacer, por prevenir y proteger.
Una herramienta creada para ello fue el Registro Central de Delincuentes Sexuales. Se instituyó en 2015, con el Real Decreto 1110, relacionado con la Ley 26/2015 de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia. En abril de este año se modificó mediante el RD 407/2024, "pasa a denominarse Registro Central de Delincuentes Sexuales y de Trata de Seres Humanos". La nueva reforma está ligada, entre otros asuntos, a la Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. En lo esencial,........