En el año 1967, el papa Pablo VI estableció la Jornada Mundial de la Paz. Desde entonces, se celebra anualmente el primero de enero. Es una iniciativa de la Iglesia católica que quiere ir más allá de los propios católicos. Aspira a promover la paz, la justicia social, la solidaridad y otros asuntos relacionados con la construcción de un mundo mejor.
Son ya cincuenta y siete años sensibilizando e impulsando que individuos y comunidades de todo el planeta seamos capaces de realizar acciones concretas para contribuir a la construcción de un mundo más justo y pacífico.
Es un objetivo al que se puede sumar cualquiera de cualquier parte del mundo. Aunque tiene una clara connotación religiosa, el mensaje de paz y solidaridad que promueve es universal y puede resonar con personas de diversas creencias y culturas. Y sigue siendo un reto urgente. La guerra, la injusticia y la violencia no han desaparecido de la faz de la Tierra. Como bien sabemos, la invasión rusa de Ucrania sigue causando dolor y muerte. Putin no ceja y esa guerra no termina. Ni tampoco se frena la violencia en Oriente Próximo. La masacre terrorista de Hamás ha desatado una respuesta brutal por........