Respirar puede enfermar, y mucho

Habría sido un poco fuerte quitarle el puede al título de este artículo, pero, a decir verdad, buena parte de las personas que habitamos la Tierra tenemos amenazada la salud por la alta carga contaminante que contiene el aire que respiramos a diario.

En los países que disponen de mediciones serias se sabe con certeza que es así. Pero en otros muchos nada se averigua. Incluso conociéndose, como es el caso de España, la política no se traduce en hechos determinantes; la ciudadanía no huele nada.

En el caso de que se purifique algo (o mucho) por parte de las administraciones, apenas se le transmite a la población para hacerla cómplice. En el mejor de los supuestos se llevan los datos a paneles instalados en lugares estratégicos, ante los que poca gente se para. Lo he cotejado subjetivamente en los que hay en una céntrica plaza de Zaragoza: dos personas de media por hora en seis días diferentes. Con lo que la ciudadanía no se consolida afectivamente; para ello es vital la intercomunicación entre quienes gobiernan y los gobernados. Desconozco si es porque no se ejerce la necesaria pedagogía o porque a........

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