Cuentan que aquel día hacía demasiado calor en la fábrica de sombreros en la que un jovencísimo Emile Griffith había conseguido trabajo. Que pidió permiso a su jefe para desabrocharse la camisa.
Que este, al contemplar el torso desnudo de su empleado, decidió que su lugar no estaba allí, sino en el gimnasio de Gil Clancy, quien lo entrenó y convirtió en una estrella del boxeo.........