Durante mucho tiempo fui ateo, republicano y de izquierdas. Ahora soy agnóstico y demócrata. Como agnóstico, respeto por igual a ateos y creyentes. Como demócrata, respeto a todos, incluidos los irrespetuosos.
En determinados momentos de la historia, la lucha política no pivota sobre la división entre derechas e izquierdas. En la actualidad, y también hace un siglo, la disputa se da entre demócratas y autócratas. En la Europa de entreguerras y en la España de la Segunda República, los demócratas fueron una minoría arrasada por las diferentes opciones autocráticas. Espero que no vuelva a suceder ahora lo mismo.
Recientemente, en medio del lodazal carroñero en que se ha convertido la política española, ante el vacío provocado por una nación descosida y un Estado descoyuntado, los reyes de España llevaron la racionalidad institucional y la afectividad........© Heraldo de Aragón