De culpas y culpables

El sol fustiga, como látigo de fuego, sobre las cabezas sudorosas de personas que han estado en la cola desde muy temprano; algunos guardan silencio, otros hablan de cualquier tema. Los hay que se quejan, con sobrada razón, del sofoco y la precariedad en las ofertas, no es, ni puede ser un ambiente agradable.

Hay escasez e insatisfacción material, dos grandes desgracias que siempre incitan a la búsqueda de los culpables, de los que las........

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