El secreto de la inmortalidad
Por qué será que tienes el don de ser el mío, el nuestro, el de todos. Por qué será que ante las dificultades te evocamos, para convertir el no en un sí, lo imposible en posible, lo errado en certero, la oscuridad en luz. Porque nos enseñaste a luchar en cualquier circunstancia; a levantarnos después de cada caída, y nos guiaste a puerto seguro, sin importar cuán revueltos estuvieran los mares.
Desde los días de la Sierra, el verde olivo ha sido la señal más visible, la sombra de un guerrero sin reposo. De allí, precisamente, el valor de la estrella de Comandante para este pueblo que alimenta su resistencia, a cuenta de su propia historia.
Cuando más lejos te sentimos, en aquellas horas interminables de la proclama que nos enmudeció a todos, volviste convertido en soldado de las ideas, en el compañero de todos, y tu mirilla telescópica se transformó en un arma de alcance universal para hacerle la guerra a la guerra, para marcar la diferencia........
© Granma
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