Lo que hoy disfrutas, no te debe molestar mañana. Hay quien pone turulato al vecindario cuando sube al máximo el volumen de la música seleccionada por él –no por los demás–, y nos obliga a cerrar la puerta de la casa para ver el televisor.
Su contentura, al ritmo del traguito de ron, le propicia el vacilón, y tal como crece el audio, menos escucha a quienes se quejan de su exagerada oferta gratuita.
Al día siguiente, a medio despertar, el rey de la bullaranga mostró su molestia........