09 de noviembre 2024 - 03:08
Entre los muchísimos análisis que he leído sobre la victoria de Donald Trump, no he visto que nadie se acuerde del momento que –en mi modestísima opinión– le hizo ganar las elecciones presidenciales: aquel día en que un chaval sonado le disparó en una pequeña ciudad de Pensilvania y Trump, en vez de acobardarse y salir por piernas, se volvió hacia la multitud, levantó el brazo y empezó a gritar: “Luchad, luchad, luchad”. Pensemos ahora en cuántos líderes actuales europeos habrían sido capaces de hacer eso. Ni uno, ni hombre ni mujer, ni de derecha ni de izquierda. Zelenski en Ucrania, sí, o quizá Meloni en Italia, pero nadie más. ¿Y Sánchez? Por supuesto que no. ¿Feijóo? Por supuesto que no. ¿Ursula........