El lunes pasado, el mercado global sufrió un desplome que borró billones de dólares en valor, dejando a los inversores intentando comprender cómo una decisión en Japón pudo desencadenar un colapso de tal magnitud. Todo comenzó cuando el Banco de Japón (BoJ), en un movimiento inesperado, aumentó sus tasas de interés ( 0.15%), sacudiendo la economía global desde sus cimientos.
Este ajuste abrupto fortaleció el yen ( 2.29%) y desestabilizó las operaciones de carry trade, lo que desató una ola de ventas masivas que se extendió desde Tokio hasta Wall Street. Al mismo tiempo, los temores de una recesión en Estados Unidos, alimentados por datos de empleo poco alentadores y resultados decepcionantes de las grandes tecnológicas, crearon un ambiente de incertidumbre. Además, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio sumaron más incertidumbre, aumentando la presión sobre los mercados.
Contexto sorpresa
El 31 de julio, el Banco de Japón sorprendió a los mercados con un inesperado aumento en su tasa de interés ( 0.15%) y un mensaje de política monetaria más restrictivo de lo que se anticipaba. Este cambio rompió con la creencia generalizada de que las tasas de interés en Japón se mantendrían bajas durante un periodo prolongado, lo que resultó en una rápida apreciación del yen hasta ¥150 (USD/JPY) y una reconfiguración de las estrategias de inversión globales. En ese sentido, la necesidad de combatir la inflación en Japón, un fenómeno que ha resurgido tras décadas de estancamiento de precios, fue uno de los factores detrás de esta decisión. Sin embargo, el aumento de tasas también respondió a las preocupaciones sobre los desequilibrios financieros generados por la prolongada política........