Becker es considerado autor de una “fórmula” para calcular el nivel de disuación de una pena. Según esta fórmula, el costo de cometer un delito se calcula en base a la pena multiplicada por la propabilidad de ser atrapado. Según esto, ante penas relativamente altas y probabilidades de ser atrapado altas, debería verse un nivel relativamente bajo de comisión de delitos. En Perú, las penas por delitos de corrupción no son bajas. Además, muchos presidentes han sido encarcelados o han sufridos consecuencias por cometer delitos de corrupción o incluso por la sospecha de haberlos cometido. Sin embargo, da la impresión de que esto no logra disuadir a los actuales o futuros mandatarios. ¿Qué pasó entonces? ¿Becker se equivocó?
Tabla: resumen de consecuencias asumidas por presidentes en Perú
No creo que Becker esté equivocado, pero sí creo que la pregunta sobre presidentes en Perú, requiere algunas observaciones adicionales (que no contradicen la fórmula propuesta por Becker). Al ser un post en un blog y no un artículo académico, las planteo a manera de hipótesis, pero me parecen temas interesantes para investigar:
1. El presidente no comete delitos individualmente. Un presidente como Castillo p.e., forma parte de una “maquinaria delictiva”. Por tanto, la decisión de cometer delitos no ocurre al momento de realizar o no un acto individual de corrupción, sino al momento de postular a la presidencia con Perú Libre, rodeado de gente vinculada al Movadef, al castro-chavismo y -sobre todo, para estos propósitos- a una mafia regional. Esto hace que la decisión de cometer delitos tenga dos características que hacen más difícil el........