La economía estándar y la mayoría de los economistas que aparecen en los medios de comunicación masivos de nuestro país tienen una visión particular de las relaciones entre la economía y política: la política es un estorbo.
Para ellos, nuestra disciplina es una actividad científica y técnica, cuyas propuestas se derivan de un marco teórico sólido, que debe ser aceptado por todos sin dudas ni murmuraciones. Se trata de una perspectiva arrogante donde la Sociedad y la democracia importan poco.
En una visión alternativa, Jeffry Frieden (2024), profesor de la Escuela de Gobierno en la Universidad de Harvard, nos recuerda la importancia de la política para la economía. Para él, la política a menudo es desordenada (una manera muy elegante de decirlo), pero es la forma en que la sociedad asigna un valor a cosas que los economistas no pueden medir.
Importancia
Para Frieden la relación entre política y economía es bidireccional. De un lado resulta vital que las políticas económicas tengan la aceptación de los principales interesados sociales y políticos; pero también la política permite valorar y definir lo que la sociedad desea.
La política es la forma en que la sociedad arbitra entre intereses contrapuestos, y quizá debería darse más intervención a quienes tienen más en juego. Por otra parte, la economía sirve para identificar políticas que podrían incrementar el bienestar social agregado (https://www.imf.org/es/Publications/fandd/issues/2024/03/A-Place-for-Politics-Jeffry-Frieden).
Un ejemplo
Para ilustrar el tema, el autor coloca como ejemplo a las políticas de libre comercio. Al respecto, anota que muchos economistas están de acuerdo en que eliminar las barreras al comercio es algo positivo (en una visión tradicional). Sin embargo, acota que ningún economista o autoridad puede suponer que esto no implique costos: los consumidores y los exportadores quizá se beneficien, pero es probable que las industrias que tienen que competir con las importaciones salgan perjudicadas.
Para él existe una solución económica sencilla. Si una política que mejora el bienestar social crea perdedores, las ventajas que genera para la sociedad pueden usarse para compensar a los perjudicados. El gobierno puede aplicar impuestos a quienes resultan beneficiados por la liberalización del comercio -exportadores y consumidores- para ayudar a quienes salen desfavorecidos.
Dificultades
Según el autor la compensación quizá sea una idea sencilla y poderosa en teoría, pero no es fácil llevarla a la práctica. Los beneficiarios de una nueva política rara vez se muestran inclinados a que sus ganancias se vean disminuidas por impuestos. La compensación puede ser costosa y........