Eslovaquia

No ganamos para sustos. La OTAN ha vuelto a aguantar la respiración, la semana pasada, tras escuchar los disparos que tumbaron a Robert Fico. En la polarizada Eslovaquia, donde la mitad separatista logró imponer la amputación de lo que hoy es la República Checa, gobiernan desde entonces la corrupción y las mafias, amparadas por políticos como Fico, el amigo de Putin.

Sus más recientes desmanes, sólo en los últimos tres meses, han sido eliminar la Fiscalía Anticorrupción, que perseguía a varios miembros de su partido, y sustituir la radiotelevisión pública eslovaca por un ente cuya dirección será designada en el futuro por el gobierno, convirtiéndola así en una máquina de propaganda. Tal es el desafuero, que la mitad del país a la que sólo le queda el derecho al pataleo acumula bilis, impotente, y el ácido ha terminado cristalizando en un deplorable intento de magnicidio. Pero si la OTAN aguantaba la respiración era porque, si Fico moría a causa de los disparos, su asesinato........

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