¡Vaya tropa, carajo!

Tiene razón Javier Nart cuando habla de su tocayo y dice que Milei es una «consecuencia de la destrucción de las instituciones argentinas por la corrupción e ineficacia» que, desde mediados de siglo pasado, vienen protagonizando los partidos y sindicatos de aquel país.

Pero es el presidente de la Nación Argentina elegido democráticamente por un pueblo que, por lo que se ve, ya no aguantaba más. Un mandatario al que nuestro Pedro «all-you-need-is-love» Sánchez no ha felicitado por su victoria. De hecho, ni él ni siquiera el ministro de Exteriores acompañó al rey Felipe VI a su toma de posesión, sino que fue el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo -bonito cargo- quien representó al Gobierno español al otro lado del charco. Vamos, que no hay buen rollo entre los mandamases de estas dos naciones hermanas.

Para aumentar el cariño que se profesan, el........

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