Política, envejecimiento y mujer: Mis deseos para el 2026 |
El Perú todavía se contempla en el espejo como un treintón confiado, convencido de que la juventud es una condición permanente. Con una edad promedio de 31 años, seguimos repitiéndonos que hay tiempo. Pero la demografía no negocia con la nostalgia. El reloj corre sin pedir permiso. Y, como advertí en una columna publicada en Expreso, “la juventud no dura para siempre”, el bono demográfico tiene fecha de vencimiento: 2045. Cuando ese plazo se cumpla, no habrá prórroga posible.
Mientras celebramos nuestra juventud, otros países ya pagan el precio de no haber planificado. España es hoy el espejo incómodo. En 2025, el envejecimiento dejó de ser una proyección para convertirse en una urgencia económica: faltan trabajadores, sobran jubilaciones mal financiadas y el sistema de pensiones se sostiene con dificultad. Europa desperdició a sus jóvenes entre desempleo y precariedad, y hoy los necesita desesperadamente. Pero ya no........