El caos de la inseguridad nacional |
El reciente comentario del abogado Luis Lamas Puccio en EXPRESO vuelve a poner en el centro del debate un hecho que el Estado prefiere no mirar: el desborde del crimen ni la incapacidad del gobierno para enfrentarlo. Hoy, ambos constituyen el problema más grave del Perú. No se trata únicamente de la violencia cotidiana que asfixia a los ciudadanos, sino de un fenómeno que ha adquirido dimensiones políticas, institucionales y electorales.
En esta última década, hemos experimentado un flujo migratorio sin precedentes, remarcado por improvisadas, demagógicas decisiones estatales y falta de criterio de seguridad. La ausencia de controles adecuados permite que las redes criminales —transnacionales— encuentren en este país el terreno fértil para expandirse. Tamaño error estratégico —que no se corrigió a tiempo— abrió la puerta a organizaciones criminales que ahora se disputan territorios, economías ilegales y hasta espacios dentro del poder. El Estado, debilitado y fragmentado, no ha conseguido responder con la contundencia que la ciudadanía exige.
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