(Expansión) - El histórico activista en favor de los derechos humanos Martin Luther King Jr. solía decir que todos podemos aspirar a la grandeza porque cada individuo tiene la capacidad de ser una buena persona que ayude a los demás.
En este sentido, el propósito de la existencia humana, visto desde un punto de vista personal, es el de contribuir a mejorar el mundo, por medio de pequeñas -o grandes- acciones que generen un impacto significativo en las mujeres y hombres que nos rodean.
El problema es que, con frecuencia, no sabemos por dónde empezar o qué camino seguir para apoyar a quienes lo necesitan. La excusa recurrente es que, por mucho que nos esforcemos, no seremos capaces de acabar con los males que aquejan a las sociedades.
Si bien es poco factible erradicar el sufrimiento humano, sí que podemos aspirar a disminuir o aliviar el dolor de otros individuos -sobre todo de los grupos más vulnerables-, siempre y cuando se disponga de voluntad para actuar con determinación.
Hay diferentes formas de poner en práctica la generosidad. Aunque la más visible es la aportación de dinero, desde luego, no es la única. Donar tiempo, talento y recursos materiales no monetarios es igual de trascendente.
Alrededor del mundo, son millones de personas quienes asumen el reto de dar lo que esté a su alcance........