Cumplir y hacer cumplir la Constitución

Una de las prácticas políticas en nuestro país, recogidas en la legislación, es el acto sacramental de protestar el cumplir, y hacer cumplir la Carta Fundamental. Se trata de una solemnidad que encierra toda una postura frente a legalidad. Desafortunadamente, ocurre sin que quienes la hacen le den su justo alcance y valor. Se trata de un deber primordial e insoslayable que a nadie hoy preocupa, que subyace como causa remota del precario y decadente estado de derecho en el que vivimos.

Actualmente, las autoridades no sólo desacatan y desobedecen impunemente las decisiones y providencias cautelares dictadas por los tribunales, sino que han avanzado en el proceso de insubordinación, al retarles abiertamente, lo cual hacen al señalarles como fuente de los males que sufre nuestro país, indicando, sin recato alguno, que los criminales encuentran, en quienes imparten justicia, vía de escape para evitar ser procesados y condenados, y, por tanto, que son ellos la última causa de la impunidad rampante que prevalece en el país.

Es ya práctica extendida que, ante la falta de sentencias condenatorias por reprobables actos de corrupción, la Fiscalía General de la República señale que procederá a denunciar a jueces y magistrados, acusando la “ominosa e inaceptable postura” de no darles, a ciegas e incondicionalmente, la razón.

A pesar de que los impartidores de justicia señalan, una y otra vez, que el ministerio público es omiso en aportar elementos suficientes, el cuerpo perseguidor de los delitos permanece impávido, impulsando quejas que no tienen como objetivo el acreditar una conducta descuidada o maliciosa en la valoración del acervo probatorio, sino el de endilgar e imputar a los jueces complicidad y connivencia con los delincuentes, acusación que a la fecha no ha podido probar en caso alguno.

Llama poderosamente la atención que la Fiscalía no agote procedimientos en los que, antes de acusar, se evalúe y valore técnicamente a quienes han presentado imputaciones ante los tribunales, así como que la visitaduría, y otras instancias de control, no hayan rendido puntual cuenta de lo que han hecho ante la grave descalificación que se hace en aquellos de los agentes ministeriales.

Se habla mucho de combate a la corrupción, pero........

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