¿Por qué tendríamos que hablar de dinero en la familia?

Nací y crecí en una familia con muchos valores éticos y morales, típica de finales de los 80s y principios de los 90s. Mi papá trabajaba sin descanso; mi mamá se ocupaba del hogar con dedicación. En casa se hablaba de todo, menos de dinero. Como cualquier niño curioso, me colaba en las pláticas de mis padres. Escuchaba temas de vecinos, escuela, trabajo, pero las finanzas eran un territorio prohibido.

La vida siguió su curso hasta que un día mi papá enfermó. De pronto, nos dimos cuenta de que no sabíamos nada: ¿cuánto ganaba?, ¿cuántas cuentas bancarias tenía?, ¿había deudas?, ¿había testamento? Su partida marcó el inicio de un efecto dominó de dudas, trámites y decisiones tomadas en la oscuridad financiera. Recuerdo preguntarle a mi mamá si había un testamento, y su respuesta fue clara: “Esos temas no se tratan en la familia”.

No hablar de dinero en casa es más común de lo que parece. En muchas familias, el dinero se ha convertido en un tema tabú, cargado de emociones, silencios y reglas no escritas. Se habla con más facilidad de drogas o sexualidad que de ingresos, crédito o planes financieros. Esta omisión no es trivial: hablar (o no hablar) de dinero en familia moldea nuestras actitudes, hábitos y bienestar financiero en la vida adulta.

Un estudio publicado en el Journal of........

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