Entre la frontera y el progreso, las oportunidades de México
Mucho se ha especulado en las últimas semanas sobre el impacto que las nuevas políticas de Estados Unidos tendrán en la economía mexicana. Desde el temor por el alza de precios y la pérdida del poder adquisitivo, hasta la posible devaluación del peso mexicano, el panorama parece incierto. Sin embargo, en lugar de caer en el alarmismo, es momento de ver esta situación como una oportunidad histórica.
México tiene todo el potencial para salir fortalecido de este desafío. Atrás debe quedar la vieja creencia de que cuando a Estados Unidos le daba gripe, México sufría neumonía. El país ya no debe limitarse a reaccionar ante las decisiones de su vecino del norte. Hoy es crucial que México trace sus propias estrategias de desarrollo, no como respuesta inmediata, sino como un plan a largo plazo que priorice el beneficio nacional, impulsando su competitividad internacional y diversificando sus relaciones comerciales.
Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017, prometió “Hacer a América grande de nuevo”. Desde el inicio, implementó políticas proteccionistas enfocadas en revitalizar la industria estadounidense, especialmente sectores clave como el automotriz y el siderúrgico. La renegociación del TLCAN, que dio paso al T-MEC, y la imposición de aranceles al acero y aluminio dejaron clara su intención de reducir la dependencia de importaciones y estimular la producción nacional.
Ahora, en el inicio de su segundo mandato en 2025, Trump ha redoblado su estrategia nacionalista. La reciente imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos refuerza su discurso de proteger el mercado interno estadounidense a toda costa. Pero eso no es todo: las políticas migratorias también se han endurecido. El objetivo es claro, limitar la llegada de........
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