Las duras realidades que revela la operación Enjambre
Hace unas semanas apunté que uno de los aspectos más positivos de la estrategia nacional de seguridad de la presidenta Sheinbaum es que al fin reconoce oficialmente la existencia del régimen criminal. Esto queda evidenciado al plantearse la neutralización de redes criminales al desactivar sus redes de protección institucional. La semana pasada vimos el primer golpe sobre la mesa con el despliegue de la operación Enjambre en el Estado de México, que derivó, en un día, en la captura de siete funcionarios públicos municipales de alto nivel, por facilitar la operación de diversos grupos criminales.
No cabe duda de que el operativo es quizá la primera gran muestra de autoridad de la presidenta Sheinbaum. Encerró a políticos y funcionarios de Morena y de oposición y afectó operaciones de La Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación, entre otros. También es un gran ejemplo de cómo lucen, bien ejecutadas, la inteligencia y la articulación entre policías y militares bajo un mando civil. Más allá de los enormes méritos y también de las reservas que existen sobre la intervención —las cuales comento más adelante—, Enjambre revela desde la intervención gubernamental varias realidades que no pueden quedar desatendidas y que la agenda pública debe continuar problematizando.
La mayoría de los funcionarios arrestados el........
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