Ciudades temerosas

México vive con miedo: 63% de las personas adultas se sienten inseguras en su ciudad. Así lo señala la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada por el Inegi en septiembre de 2025. La cifra muestra, sin embargo, un ligero —muy ligero— respiro estadístico: menos de un punto porcentual en comparación del trimestre anterior. De cualquier modo, los resultados generales arrojan una paradoja inquietante: la inseguridad se ha instalado como parte de la normalidad urbana. Ahora habrá que ver caso por caso para ver cuáles resultados forman parte de la tendencia o no.

La percepción de inseguridad se refiere a la valoración que hacen las personas sobre la situación de la seguridad pública y la tendencia de la delincuencia en un espacio concreto, como una colonia o una ciudad.

A diferencia de otros indicadores, como la incidencia delictiva, la percepción de inseguridad no sólo no cuenta con problemas de cifra negra (o sea, delitos que no son reportados), sino que diversos fenómenos la moldean. Es decir, puede reflejar la prevalencia de delitos de alto impacto, conflictos entre organizaciones criminales, conflictos vecinales, espacios públicos abandonados y hasta desconfianza institucional.

También sirve para ver los efectos nocivos, o simbólicos, de políticas como la militarización. Por ello, los resultados de la ENSU son claves para problematizar, desde la óptica ciudadana, los discursos triunfalistas basados en datos de incidencia delictiva.

La primera lectura es incómoda: no hay mejora........

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