Cuando protestar por seguridad te enfrenta a la inseguridad del Estado

Las marchas del 15 de noviembre expusieron verdades que ningún discurso oficial puede ocultar: corporaciones sin inteligencia, policías sin entrenamiento y gobiernos que niegan lo evidente.

Las marchas del 15 de noviembre revelaron una verdad incómoda: nuestras corporaciones policiales siguen operando sin inteligencia preventiva efectiva. Los llamados "bloques negros" —grupos organizados que infiltran manifestaciones pacíficas para desestabilizarlas— no son fenómeno nuevo en México ni en el mundo.

Desde Seattle 1999 hasta las protestas recientes en Chile y Colombia, estas tácticas de violencia táctica están documentadas, estudiadas y son predecibles. Sin embargo, las autoridades mexicanas actuaron como si presenciaran un acontecimiento inédito.

La pregunta central es demoledora: ¿Dónde estaban los estudios de riesgo?

Cualquier manifestación masiva convocada por redes sociales durante semanas requiere análisis previo de amenazas potenciales, mapeo de actores, identificación de puntos críticos e infiltración de inteligencia en grupos radicales. Nada de esto ocurrió, o si ocurrió, fue completamente ignorado. El resultado: policías sorprendidos, ciudadanos pacíficos atrapados entre violencia de infiltrados y respuesta desproporcionada del Estado, y un país que observó con incredulidad cómo la legítima exigencia de seguridad terminó validando precisamente lo que denunciaba: la incapacidad institucional.

La segunda falla sistémica es la ausencia de capacitación especializada en control de multitudes. Gestionar manifestaciones requiere habilidades específicas: técnicas de desescalamiento, comunicación no violenta,........

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