Liderazgo de alto rendimiento

Me da mucho gusto cuando me hacen llegar comentarios los queridos lectores de este espacio dado amablemente por Expansión. En especial, recibí algunos sobre mi colaboración anterior donde hablaba del fenómeno que vivimos en nuestro tiempo donde nos hemos convertido en administradores de cuerpos.

Un gran número fueron sobre el sentido de la gran verdad descrita, los menos me manifestaron su desacuerdo, postura muy válida, pero otros, me cuestionaban si no hay otro camino y por ello, quiero dedicar estas líneas para demostrar que sí.

En primer lugar me gustaría partir de la premisa establecida en el título de la colaboración, debemos creer que existe un liderazgo de alto rendimiento el cual privilegie a la persona, la verdadera razón del éxito de una organización.

Para ello, debemos trabajar mucho en cada uno de nosotros, quitarnos el famoso síndrome del impostor, darnos cuenta del potencial que podemos alcanzar si nos decidimos y asumimos el reto de convertirnos en líderes de sí mismo.

Es un gran trabajo, con ello redescubriremos nuestro valor como seres humanos para recuperar la dignidad como persona. Ello se traducirá en un........

© Expansión