Kast: las palabras y las cosas. Por Jorge Ramírez |
Para ser sinceros, no sorprende del todo que buena parte de los analistas que durante los últimos cuatro años repitieron hasta el hartazgo, con desparpajo y ligereza, frases del tipo “José Antonio Kast tiene techo” o “jamás alguien como Kast será electo Presidente de la República” sean los mismos a quienes el primer discurso del Presidente electo les haya parecido aburrido, poco articulado y carente de profundidad.
Se juntan dos cosas: miopía o incapacidad para visualizar adecuadamente el objeto de estudio, una dosis no menor de renuencia a la objetividad a la hora de evaluar el liderazgo de Kast y cierta desconexión -o desconocimiento- de las formas, códigos y estilos con los que opera la política en la actualidad.
Aristóteles, en La Retórica, señaló que los componentes de un discurso político son logos (argumentos), ethos (carácter) y pathos (emociones). Diseccionamos el discurso en estos tres ámbitos.
Partamos por el contenido. La línea argumental de Kast relevó algo que está en la esencia del pensamiento de derecha: que la responsabilidad individual está en el centro de toda posibilidad de cambio, porque el individuo es anterior al Estado y porque los grandes cambios están casi siempre antecedidos de pequeñas grandes decisiones individuales.
En este sentido, es evidente el contraste con el pensamiento de izquierda, que ha instalado la idea de que son las grandes estructuras de poder y las condiciones materiales de existencia las que determinan la conciencia. El Presidente electo no entró en disquisiciones........