¿Y usted de quién se fía?
MADRID, 26 Ago. (OTR/PRESS) -
Casi todos los políticos que no son realmente demócratas --y son muchos más de los que nos merecemos-- piensan que si sólo hubiera un partido, el suyo, todo iría mejor. Para ellos, claro. Podrían controlar a los jueces, a las instituciones, a los medios de comunicación y a los periodistas, a las empresas, el dinero público y el privado, dictar lo que está bien y lo que está mal, modificar las costumbres... Eso sucede en lugares como Afganistán donde, con el silencio de todas las democracias, los talibanes ya han prohibido hasta que las mujeres puedan hablar en público, o en Venezuela, donde un personaje siniestro es capaz de falsificar unas elecciones, detener a los que no piensan como él o echar del país a millones de ciudadanos. Pero no es sólo allí. Ninguna democracia, la nuestra tampoco, es libre de que alguien use las reglas de juego en........
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