Este otoño es probable que sea la última vez que Pedro Sánchez es reelegido como secretario general del PSOE y las claves de fondo son similares a su aterrizaje triunfal de 2016. Un viaje circular, procés mediante. El PSC le aupó en las primarias y Sánchez arrolló a Susana Díaz por más de 10 puntos. Las bases dijeron no al aparato, a los barones, a la vieja guardia y a la candidata andaluza, que planteó incluso acabar con la autonomía del PSC. Una revancha de los casi 180.000 militantes tras el Comité Federal (aquella noche de los cristales rotos del PSOE) sin paliativos.
Por la aceleración de los ciclos, será la última (penúltima, a lo sumo) reválida del presidente más resiliente en clave orgánica y de gobierno, por cómo se rehizo tras el ‘no es no’ y por cómo ha armado las distintas legislaturas con mayorías imposibles desde 2018. Y si el PSC le aupó, el pacto fiscal y la financiación catalana marcarán ahora el 41 Congreso Federal: los mensajes, el debate de fondo y por cómo se colocarán los díscolos y afines. Y porque servirá de revulsivo........