Sin autocrítica, ni demasiados debates y con rearme interno y una ruta de congresos regionales encaminada hasta el fin de la legislatura si se cumple el plazo del 2027. El Congreso Federal del PSOE no ha servido para abrir demasiados melones ideológicos. En resumen, Sánchez como bastión del socialismo europeo ante la extrema derecha que cala en los gobiernos comunitarios y la recuperación de la agenda feminista clásica con el ruido que implica expulsar a una parte del colectivo de las siglas LGTBI (ya sin el Q). Instalados en el realismo de la mayoría de investidura, ni siquiera el cupo catalán ha supuesto un encontronazo entre las federaciones más reacias —Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura…—. Emiliano García-Page no se enfrentó a Salvador Illa y ha elegido seguir en el marcaje a Sánchez, aunque el cupo catalán sea parte del pacto de investidura de Illa, sin fecha para llegar como propuesta al Congreso. El presidente manchego se queda así como el único crítico, aliado de Felipe González, sin conseguir agrupar a otras voces.
Elegida la nueva ejecutiva con el 90% de los apoyos, Pedro Sánchez no ha tenido rival, como no lo tuvieron Aznar, Zapatero o Rajoy estando en la Moncloa. Igual que no lo tendrán........