¿Abstención?

A las estructuras de partido les cuesta mucho de entender (y si llegan a entenderlo no se lo creen) que los votantes no tenemos el proselitismo ciego que sí denotan sus bases y seguidores acérrimos. Dentro de un mismo abanico de principios —más o menos amplio— podemos ir alternando siglas en las urnas y hacer trasvase de votos (que es el único tipo de trasvase que tendría que poder existir). El problema viene cuando, dentro de este mismo espectro, ya hemos gastado todos los cartuchos y no nos quedan opciones. Entonces la disyuntiva no es posible: ir a la derecha nunca en la vida. Solo nos quedaría la tristeza del nulo o el blanco y también la abstención, que ideológicamente no convence y que moralmente es motivo de chantaje, como ya se encargan de hacer los partidos que, curiosamente, decepcionándonos continuamente nos vierten.

Cada vez más, la alta política vive en su mundo. Una burbuja de realidad paralela a la que pare que poco le interese la vida de los conciudadanos a quienes dice representar. Nunca me ha gustado considerar que todos son iguales —cuando menos en convicciones— pero con respecto a tocar poder nos ponen difícil........

© ElNacional.cat