Las recientes elecciones en el Parlamento Europeo han dejado el Viejo Continente con una cierta sensación de confusión y desánimo, con el famoso eje París-Berlín (el tradicional eje tractor del proceso de integración europea) especialmente tocado.
En el caso alemán, el partido del canciller Scholz ha recibido el peor resultado electoral de su historia, cosa que genera dudas sobre que sea capaz de acabar su mandato, que en teoría se alargaría hasta octubre del 2025. Además, en este país el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha obtenido unos resultados insólitos que despiertan algunas de las peores pesadillas de nuestra historia contemporánea.
En el caso de Francia, el hiperactivo presidente Macron tomó una decisión —en plena noche electoral, incluso antes de que los resultados fueran públicos— que seguramente en aquel momento él consideró audaz, pero que ahora muchos la perciben como irresponsable: la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
Y es que parece que ciertos golpes de efecto no funcionan en todas partes y, hoy por hoy, el escenario en el país galo es más bien desolador, incluso caótico, y en cualquier caso, diametralmente opuesto a lo que Macron pretendía provocar con una decisión tan precipitada. Una parte de la derecha tradicional se ha lanzado a los brazos de la extrema derecha del clan Le Pen, convencida de su victoria; mientras que el........