Tener empatía y respeto por la situación de Pedro Sánchez, que hoy nos dirá el qué, no impide puntualizar varias (muchas) cosas sobre su carencia de empatía con el independentismo. No lo olvidemos: bajo su mandato se han seguido el 90% de las causas de lawfare contra este movimiento mientras la Fiscalía, como él mismo apuntó, siempre de él dependía. En cualquier caso, respeto y empatía pero que nunca más se atreva el socialismo español (ni el catalán) a decir que el independentismo no habla de los “asuntos que realmente interesan a la gente”, que sin duda están muy lejos de los problemas personales o políticos de Pedro Sánchez. O de decir que el independentismo lo fía todo a la “emocionalidad” oa los “sentimientos”, porque se ve que no saben hablar desde la razón: no me imagino nada más sentimental que decir que estás muy enamorado de tu mujer. O bien también decir que aquí no respetamos los procedimientos judiciales, cuando la carta presidencial está llena de quejas implícitas sobre este sistema, o decir que no respetamos las instituciones autonómicas, cuando él ha hecho coincidir la carta exactamente (que curioso) con inicio de la campaña catalana. Pero, sobre todo, que se abstenga el socialismo de decir que es que ahora existe una política excesivamente centrada en destrucción del adversario. Ni puede decirlo pensando en los procesados, encarcelados y exiliados del procés, ni puede decirlo ni siquiera pensando en el capítulo del........