Más polarización

Si tuviera que contar las veces que la unidad de España ha apuntado hacia una mujer que quería, o hacia un amigo, para intentar meterme en cintura, me quedaría sin dedos. No hacía falta leer la carta de Pedro Sánchez para descubrir cómo funciona la escopeta nacional. Por unas acusaciones parecidas a las que se hacen a la mujer del presidente español, Lluís Prenafeta y Macià Alavedra acabaron exhibidos en los informativos, mientras se aguantaban los pantalones saliendo de una comisaría. Pero insisto que no hace falta que nadie te mande a los tribunales; el sistema funciona a todos los niveles y tiene sicarios en todas partes, a veces incluso involuntarios.

La novedad es que Sánchez es el prototipo de madrileño sin memoria, deslumbrado por los tópicos de la Transición, que encarnaba el milagro español. Sánchez tenía que servir para europeizar España y para acabar dulcemente con el problema catalán. Sánchez es el último político en activo de la nueva política, el último hijo legítimo que le queda al régimen de la Transición. Pablo Iglesias se inmoló, por pura prudencia, desde la misma........

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