Si el Estado hubiera ganado el pleito del 1 de octubre, el PSOE no estaría en la Moncloa. Las izquierdas viven de explotar las heridas y las derrotas de los países, igual que las derechas abusan de su autoestima y de sus ataques de orgullo. Antes de Pedro Sánchez, el último presidente de izquierdas fue Zapatero. Además de arruinar el Estado regalando dinero y subvenciones, Zapatero dio voz a las víctimas de Franco y de la guerra civil después de que Aznar se hiciera daño intentando expulsar a CiU del sistema de la Transición.
En Catalunya, el partido más a la derecha del Parlament es el PSC. El unionismo ha ganado a los votantes del 1 de octubre con la ayuda de la policía, de los jueces y de los electores de Ciutadans. Pero el unionismo catalán no es españolista, como lo son VOX y el PP; más bien está hecho de una mezcla de catalanismo y de imperialismo hispánico, que es toda otra cosa. Las élites de Barcelona siempre despreciarán Madrid y añorarán el siglo de Carlos V, por eso el catalán y Catalunya han resucitado siempre sus ilusos enterradores.
Solo hay que ver el trato condescendiente que La Vanguardia da al presidente valenciano para entender la mentalidad del unionismo catalán. El PSC desprecia, más que Pedro........